PLIEGO PETITORIO
Que cese ya el grito alrededor de
todo
detrás de las sillas llamándonos.
Que cese la espera de la eternidad
cansada de esperarnos,
que el silencio se vuelva
transparente
para que el verdadero sonido
filtre por fin su alma.
que “el círculo perfecto” se vuelva
luz encendida
en alguien que abre una puerta.
Que el golpe de mar quede en la
memoria,
penetrante.
Que se acaben los hábitos de la
incertidumbre,
que caiga la lluvia donde la ceniza
se moje,
que la nostalgia siempre trabaje en
la nieve,
que me dejen interrumpir el juego
de guardar silencio,
que Dios bendiga los zapatos rotos
y nos quite la costumbre tan
socorrida del dolor.
Poema de Susana Chávez
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